Tal y como habíamos prometido,
vamos a hablar de lo que se cuece en el ámbito literario ”no profesional”, lo
que gente como nosotras está haciendo para promover la lectura, en grandes y pequeños,
en altos y bajos, en gente de aquí y de allá.
Y vamos a empezar con el blog de nuestra
amiga Sara, el blog de la Biblioteca del Colegio Sagrado Corazón
Chamartín, en el que hablan de los libros recomendados adaptados a cada
ciclo, así como las propuestas de su agenda cultural.
Esta iniciativa nos parece muy
interesante, porque si bien las actividades relacionadas con el colegio,
obviamente están dirigidas a profesores, alumnos y padres, el resto de
recomendaciones pueden ser útiles para todos aquellos que quieran implicarse en
las inquietudes literarias de los más jóvenes, saber qué lecturas son más
adecuadas o recomendadas, de la mano de una maestra (como dirían nuestras
abuelas), que vive el día a día con estos chicos y conoce sus gustos e
inquietudes.
Y decimos “maestra” con todo
nuestro cariño, evocando a aquellas maestras, o “señoritas” que tuvimos en el
colegio, cuando estudiábamos EGB y alguien tenía la suerte de conocer a algunas de esas profesionales que sentían que
en los libros podíamos encontrar algo más que palabras que forman frases y se
unen en textos, que después se analizan
y que marean en la pizarra como un esqueleto descuartizado en Objeto directo,
indirecto, complemente del complemento…blablablá…y esto no quiere decir que eso
no sea importante, pero es que dentro de esas frases, y esos textos hay un
mundo, un mundo que puede ayudarnos a entender tantas cosas que no entendemos,
ayudarnos a soñar, a viajar y conocer otras culturas, en definitiva a crear
seres “inquietos” que hacen tanta falta en este mundo pasivo.
Y también porque creemos que si
los tiempos cambian las lecturas escolares también deben hacerlo, los clásicos son
importantes, desde luego, pero si necesitamos motivar a los jóvenes, dejemos
que también lean lo que les motiva.
Dejaremos para otro día a las “señoritas”
que obligaban a leer sin comprender, nos hacían atragantarnos con algunas
lecturas tediosas e incomprensibles a nuestra edad, esas que casi logran que
odiemos la lectura, la literatura, y todo lo relacionado con las letras.
Eso será otro día.
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