Yo de mayor quiero ser
como ellas. Mujeres de todo tipo y condición. Rubias, morenas de pelo corto,
melenas rojas, de pelo trenzado, hasta con el cabello lila para tintar todas
las canas que cubren ya sus años.
Mujeres cansadas muy
casadas, viudas solitarias en compañía, solteras solteronas divertidísimas,
divorciadas liberadas, madres con o sin hijos, abuelas.
Mujeres que un buen día
de forma voluntaria u obligada por sus circunstancias, lo dieron todo por su
familia. Han sido enfermeras sin sueldo, maestras sin vacaciones, amantes
desinhibidas, aprendices de cocineras, expertas en guardarse para sus adentros,
sus penas.
Algunas lo dejaron todo
por lo que creían su gran amor, hoy arrepentidas o no, siguen caminando con la
cabeza alta. Otras fueron solo amantes, sin anillo, sin fines de semana, sin
cenas de Navidad, meras observadoras de otra vida en la sombra. Unas pocas
decidieron pronto que la persona a la que más amarían sería a ellas mismas.
Otras nunca se dieron cuenta de tal verdad y algunas aún no lo han descubierto.
Hoy, en el invierno de
sus vidas, se dedican a ellas mismas. Se han dado cuenta que lo dieron todo por
los demás, dejándose en la carretera de su existencia sus mejores años. Ahora
vuelven a sonreír. Se han vuelto independientes hasta de ellas mismas, y
disfrutan cada fragmento de vida como si fuese el último tramo.
Aprenden algo nuevo,
abren su mente al mundo, salen solas o en grupo. Se apuntan a talleres de
manualidades, escritura o pintura. Aprenden a patinar, montar en bici o hacer
fotos. Yo las he visto bañándose a las siete de la mañana en la playa. No se
quedan en casa, tristes, sentadas en su sofá. Se van al cine, meriendan, se
divierten. Las más aventureras se van de viaje, quieren que sus ojos cubiertos
por la niebla de los años, vean nuevas ciudades que solo antes veían a través
de sus televisores. Y cuando se van de baile, no hay quien las pare. Son todo
un ejemplo a seguir.
Muchas de ellas, suelen
adoptar un perro, en lugar de atender a su nieto que las vuelve locas. Salen
con su mascota convertida en su familia, a sentir la luz de la vida, y esta, les parece un poco menos injusta.
Todas han trabajado
mucho, incluso más que algún varón. Pero no me meteré con los hombres, no se
trata de una lucha de género. Simplemente, un homenaje a nuestras mayores, sean
o no abuelas.
Para mí, son todo un referente. Yo de mayor quiero ser como ellas. Quiero bailar, sacar al
perro, pasear, hacer fotos, ir al cine, merendar, viajar, leer, escribir, soñar…
Ellas también cuentan…
Manuela Guimerans
Septiembre'13
No hay comentarios:
Publicar un comentario